¡Es la digitalización, imbécil!

Parafraseando el expresidente norteamericano Bill Clinton, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la transformación digital será una de las palancas de recuperación económica para las empresas en el futuro inmediato.

El 17 de mayo se ha celebrado el Día Mundial de las Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, más conocido popularmente como Día Mundial de Internet. Este año 2021, marcado todavía por las consecuencias sanitarias, sociales y económicas derivadas de la pandemia, lleva por lema “Acelerar la transformación digital en tiempos difíciles”. Y a eso precisamente se ha dedicado la mayoría de las empresas desde el año pasado, algunas presionadas por el contexto global más que por convencimiento propio. Sea como fuere, lo cierto es que la crisis del Covid-19 ha impulsado el salto digital de las empresas, como ha puesto de manifiesto la extensión del teletrabajo, una práctica claramente minoritaria en España antes de la pandemia.

Y es que, por si a alguien no le ha quedado claro todavía, la tecnología y la digitalización van a ser las principales palancas de crecimiento y sostenibilidad en el futuro inmediato. Ahí está, sin ir más lejos, el plan de recuperación impulsado por la Unión Europea, el mayor paquete de estímulos jamás financiado y que pretende dar alas a esos proyectos centrados en los dos conceptos que acabamos de mencionar: transición ecológica y transformación digital. Gran parte de esas inversiones irán destinadas al sector privado, es decir, grandes empresas y pymes, especialmente estas últimas, donde el uso de Internet o el e-commerce es aún muy incipiente.

Experiencia del cliente y relaciones con otros ‘partners’, las claves

En este proceso de digitalización empresarial, es fundamental que las empresas concentren todas sus energías en mejorar la experiencia del cliente, es decir, que lo coloquen en el centro de todas sus actividades, ofreciéndole nuevos servicios y soluciones que cubran sus necesidades. Y ahí es donde la transformación digital hará que las compañías sean más competitivas y también más ágiles. Un ejemplo de ello son los servicios en la nube o cloud computing, que permiten trabajar el doble de rápido desde cualquier lugar con una conexión a Internet, con lo que ello supone en reducción de costes de infraestructura y servidores.

La otra palanca para acelerar la digitalización es el establecimiento de sinergias con otras compañías, ampliando así la red de socios potenciales. Esta especie de partenariado es más necesario que nunca en un mundo pospandemia, con un entorno desfavorable y con grandes retos por delante, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, que deberán impulsar su digitalización buscando un partner tecnológico que detecte sus necesidades en este ámbito y les aporte las herramientas que les permitan adaptarse al mercado. Es en este sentido que el lema del Día Mundial de Internet de este año, promovido por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, es más pertinente que nunca.

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